El Madrid jugó con sus habituales, como ya adelanté, queridos Godinellistas (XD).
5-1 en el Bernabéu. Partido que se presumía duro, por unas declaraciones desde Bilbao, pero que no fue tal, tan solo un pequeño amago en el segundo tiempo con dos entradas a, como no, Cristiano (25), pero nada más.
Llorente (25) comenzó el partido diciendo que quiere venirse a Madrid a vivir, que le gusta esto. Pero fue Higuaín (22) quien abrió el marcador con un gran gol y Cristiano (25) quien abrió hueco tras una contra de manual. El Athletic recortó distancias, de forma ilegal pues Llorente estaba en claro fuera de juego, pero pese a que el Bilbao intentaba, no daba la sensación de que pudiera robar algo. Un penalti en la segunda parte cometido sobre Di María dió lugar al tercero de los blancos por parte de Sergio Ramos (24), lo que provocó la sorpresa de todos, incluso del técnico madridista. El cuarto tanto llegó de una falta de Cristiano, un misil tierra-portería de los suyos. Y por último el quinto vino desde los once metros, esta vez de la mano de Cristiano.
El partido me dejó una sensación extraña. La sensación de ver que el mejor central del mundo no está en su mejor momento. Ante el Sporting, Pepe (27) ya no estuvo del todo acertado, y con Portugal tuvo tres acciones bastante desafortunadas. Ayer Llorente le manejó a sus anchas, y cometió varios errores impensables en el luso. Esperemos que para el clásico de clásicos esté de nuevo a su nivel, por el bien del fútbol y del espectáculo.
En cualquier caso, tanto el Madrid como el Barça llegan al partido en buena forma, con sus estrellas a pleno rendimiento, y sus equipos funcionando a la perfección. ¿Quién vencerá, Mou (47) o Guardiola (39)? Da igual, este año volvemos a ver una liga entre dos, una guerra bipolar en la que no se admiten entrometidos, algún actor secundario, pero sin mucha palabra.
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